Porque las princesas siguieron buscando príncipes en sapos, sin darse cuenta de que los sapos son sólo eso, sapos!
Y los sapos siguieron esperando que alguna pricesa se conformara con un sapo y dejara de soñar con que se convirtiera en un príncipe, pero las princesas seguían queriendo creer en los cuentos.
Y algunos fueron felices, y otros no, y algunos se quisieron, y otros se odiaron, y los sapos siguieron siendo sapos, las princesas siguieron siendo princesas, y las frutas seguimos huyendo de la batidora, siendo a veces sapos y a veces princesas, creyendonos los cuentos que quisimos y reinventando los finales de aquellos que no nos gustaban, en el fondo fuimos felices y nunca comimos perdices, aunque claro, alguien ha visto a una fruta comer perdices?
Y colorín colorado, este cuento...se ha estropeado!
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