Érase una vez que se era… un grupo de frutas empeñadas en no ceñirse a las normas establecidas y en escribir cada cual el guión de su propio cuento, cada cual con su propio final.
No viven en casitas de chocolate, no dejan caminos de miguitas en medio del bosque, lo mismo un día se sienten princesas y al siguiente se ven sapos, y en el fondo les da lo mismo, no han nacido para seguir los quiones que escriben los demás.
Y aquí están, contando al mundo sus cuentos y sus historias apasionadamente, a veces no se entenderán, habrá días que el melón se corte las venas porque nadie comprenda el final de sus cuentos, habrá momentos en los que el fresón saque su vena psicopaternalista e intente poner un poco de orden en el frutero, por momentos kiwi y mandarina sacarán su carácter espartano epara defender su forma de ver el mundo, pero en el fondo, mientras no dejen de ser frutas, cada cual con sus peculiaridades, conseguirán escapar de las temibles hélices de la batidora.
Y aquí están, contando al mundo sus cuentos y sus historias apasionadamente, a veces no se entenderán, habrá días que el melón se corte las venas porque nadie comprenda el final de sus cuentos, habrá momentos en los que el fresón saque su vena psicopaternalista e intente poner un poco de orden en el frutero, por momentos kiwi y mandarina sacarán su carácter espartano epara defender su forma de ver el mundo, pero en el fondo, mientras no dejen de ser frutas, cada cual con sus peculiaridades, conseguirán escapar de las temibles hélices de la batidora.
0 comentarios:
Publicar un comentario