Desde pequeñito ya intuí que había algo en mí que no era normal, mi madre se empeñaba en decirme una y otra vez que era un melón y yo, pensando que era normal, como cualquier chaval, me negaba a escucharla, y seguía pensando que podía ser la guindilla de todas las salsas.
Poco a poco, según fui creciendo, me fui dando cuenta de que el mundo se movía demasiado rápido, y de que era culpa del sistema que las batidoras habían inventado para centrifugarnos y exprimirnos hasta la última gota. Poco a poco me fui aceptando como era, bastante cabezón, y ocultando bajo una falsa piel de sapo un enorme y dulce corazón lleno de semillas de sueños que plantar por el mundo. Oh no!!!! Es cierto! Soy un melón!
Además, en el andar de la vida, he descubierto en este camino a la “madurez” te vas encontrando con otras diversas frutas, cada una con su sabor especial, con sus colores, y muchas de ellas, como no, llenas de gusanos.
Así que día a día sigo mi camino tratando de transformar el mundo en una perfecta macedonia y buscando mi medio melón, y paso a paso voy encontrando compañeros de viaje, primero una fresa que pone ese toque de acidez a mi vida necesario para poder después saborear todo el dulzor de la vida, y, de golpe, me topo con una mandarina y un kiwi que parecen dispuestos a no dejarse la piel en la licuadora.
Que comience este nuevo viaje, abajo Zumosol!!!! Macedonia o muerte, venceremos!!!!
Poco a poco, según fui creciendo, me fui dando cuenta de que el mundo se movía demasiado rápido, y de que era culpa del sistema que las batidoras habían inventado para centrifugarnos y exprimirnos hasta la última gota. Poco a poco me fui aceptando como era, bastante cabezón, y ocultando bajo una falsa piel de sapo un enorme y dulce corazón lleno de semillas de sueños que plantar por el mundo. Oh no!!!! Es cierto! Soy un melón!
Además, en el andar de la vida, he descubierto en este camino a la “madurez” te vas encontrando con otras diversas frutas, cada una con su sabor especial, con sus colores, y muchas de ellas, como no, llenas de gusanos.
Así que día a día sigo mi camino tratando de transformar el mundo en una perfecta macedonia y buscando mi medio melón, y paso a paso voy encontrando compañeros de viaje, primero una fresa que pone ese toque de acidez a mi vida necesario para poder después saborear todo el dulzor de la vida, y, de golpe, me topo con una mandarina y un kiwi que parecen dispuestos a no dejarse la piel en la licuadora.
Que comience este nuevo viaje, abajo Zumosol!!!! Macedonia o muerte, venceremos!!!!
Fdo. El melón.
PD. No a Gary Moooooreeeeee!!!!!!!! Viva la perreo party!!!! xD Gracias por dejarme formar parte de la revolución frutil.
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